Regresé por una invitación de un cliente pero iba con bajas expectativas debido a experiencias anteriores. El sitio muy bonito y muy ruidoso, muy difícil conversar con los otros en la mesa. Me sorprendió el tuna tartare de entrada que estaba delicioso y me defraudé en esta ocasión con el atún crocante que estaba muy normal. El servicio prácticamente nulo, desorden con los meseros, ningún anfitrión que recibiese a los comensales y un problema que nos sirvieran agua. No me parece que cumple las expectativas de un hotel 5 estrellas.