De todas las sucursales de Oh-toro es la que más me gusta. Me falta ir a centenial ( la busco y no la encuentro) y el dorado (no hay parking). En brisas no tengo ningún problema. Solo me concentro en la explosión de sabores de mi ramen karai tonkotsu. Hoy me regalaron unos palitos (cubiertos) para comer. Que detalle...! Al final, un restaurante es su comida y su atención...!