Un restaurante que tenía un poco olvidado y decidí regresar después de mucho tiempo. Cómo me alegró haber vuelto ya que estuvo delicioso todo. El hummus de entrada con pan pita es espectacular, es el mejor que he probado en mi vida. El menú es extenso y decidí irme con un plato hindú así que opté por el pollo tandoori con naan. La comida estuvo deliciosa, muy buen sabor y grandes porciones. El servicio fue extremadamente rápido y en menos de 30 minutos había comido entrada y plato fuerte. El otro comensal pidió un kebab de res que le gustó bastante y acompañó con un arroz japonés (arroz un poco dulce con vegetales) que estaba rico. Una excelente experiencia.