He ido un sin número de veces a este restaurante y me ha ido mejor en las pasadas ocasiones que en esta última. Pedí Rebithopasta (que es mi plato favorito), una pizza especial de Panos (combinación) y mi acompañante pidió un ladopsomo con pollo. No se si es que el cocinero no era el mismo o que ocurrió, pero la Rebithopasta estaba insípida. La pizza tenía demasiado queso parmesano y estaba hecha sin "amor". El ladopsomo era lo único bueno. Un poquito más de esmero de parte de los cocineros y las muchachas que atienden no caería mal, máxime que los precios han aumentado (cosa comprensible con la economía de hoy). Intentaré nuevamente a ver si tengo mejor suerte la próxima vez, sino tendré que seguir yendo al restaurante griego, hermano de éste.