Fui el fin de semana y fue como lleno de altos y bajos. El restaurante es de los más grande del lugar y tiene tanto potencial para tenerlo y atenderlo de esa manera. He ido varias veces y siempre he pedido el pescado frito y en eso no tengo ninguna queja pero esta vez el restaurante estaba lleno de esquina a esquina y solo habían como mucho 6 personas atendiendo la atención fue malísima y demorada. Pedimos unas arañitas y llegaron súper rápido a la mesa a solo minutos de pedirlas y estaban frías como si ya tuviesen unos minutos hechas. Los deditos de corvina de la Bebe no estaban para nada buenos y al mismo precio que un plato completo. Deberían esmerarse un poco más en el servicio y meterle un poquito de amor al lugar y sería una mina de oro sin duda. Regresare sin duda algún día a tomar unas cervezas y por el pescado.