No sé si era por el antojo, pero fue una de las mejores hamburguesas que me he comido en los últimos meses. Pedí una full con todo de carne, cuyo sabor me encantó. Tenía papitas, lechuga, queso, la carne, salsas, huevo... Bastante buena. La única crítica que le puedo hacer a la hamburguesa es que no le echen tanta lechuga, ya que luego eso produce que se desmorone y se haga todo un desastre para comer. También pedí un hot dog er peluo (creo ese era el nombre) que tenía carne mechada y papitas. Fue un twist del típico hot dog hawaiiano, con un buen resultado, aunque no logró superar a la hamburguesa. El servicio fue bastante bueno, aunque creo que demoraron un tanto en sacar mi pedido (casi 15 minutos para la hamburguesa y el hot dog). Por un lado, eso me demostró que todo fue hecho fresco (al momento), pero por otro lado, fue una demora que no esperaba. Eso sí, el sabor luego lo compensó. El ambiente es su punto más bajo, pues en un pequeño local con par de mesas de metal y sillas de fonda (sin ofender a las fondas). Quiere crear el ambiente de ser un joint de comida con buen sabor que resuelva sin muchas pretensiones. Vi que tienen tequeños, arepas, empanadas y una hamburguesa que uno debe tener una mandíbula de anaconda para comérsela (la abusadorsita). También tienen unos emparedados en patacones, que son una variante de aquel otro restaurante que los sirve en hojaldre (se veían interesantes) probé también unas salsas de bacon y de maíz (esta última fue la mejor) que me dejaron una sensación de querer regresar. No será lo más fancy, pero sirven buenas porciones a buen precio y con buen sabor. Lo recomiendo!.