Fue una experiencia gastronómica diferente. La carta no tiene una variedad extensa, pero lo que ofrecen está muy bien pensado y ejecutado, con el uso y combinación de ingredientes de manera muy interesante. Pedimos de entrada la ensalada de pera, el ramen de cangrejo y el rollo de langosta; cada una mejor que la otra. De platos fuertes ordenamos el lomito de cerdo, la trilogía de tuna, el pato confitado y el filete de res. Todos los platos muy bien ejecutados; el filete al término solicitado, lo cual no ocurre en muchos restaurantes. Muy buen detalle del mesero de describir los platos y dar una reseña del restaurante, el significado de la decoración, los platos de menú y del hotel en general. Aparte de esto la atención fue muy esmerada. El ambiente de este restaurante es sencillamente espectacular, la decoración, la vista, etc.

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