Aforrunadamente fuimos jueves que hacen un happy hour de cockteles con ginebra, y una persona tocando violin..hicieron super agradable el ambiente. La decoracion muy bonita dentro y en la terraza del restaurante. La atencion fue de primera, la comida buena pero nada fue espectacular, compartimos platos y los mejores fueron pulpo, risotto, y la entrada de cocodrilo. Me encantaria regresar!!