Este restaurante ubicado en el primer piso del hotel Bristol nos recibe con un ambiente refinado, acentos de madera y una decoración que nos recuerda las mansiones señoriales de principios del siglo pasado. Cuenta con un bar adyacente de pocas mesas para tomar una cerveza antes de una reunión y una terraza que da a la calle que se pone agradable después del rush hour. Su cocina tiene influencias caribeñas y tropicales. Recomendamos el “guacho” de mariscos o la corvina al tamarindo. De entrada hay interpretaciones creativas de platos nacionales como la Torreja, que algunos pudieran no favorecer pues prefieren algo más autóctono. La atención es profesional y tienen cocteles creativos como el Basil/Lando. Es ideal para business lunch.