Nunca me diverti tanto en un restaurante... hasta las bailarinas me pidieron que parara a bailar. Los meseros muy atentos a pesar de que casi no me oia porque la musica estaba alta (pero alegre). pedimos kebab de cordero, sambusak de queso, falafel, y corvina con sesamo. la limonada libanesa esta muy rica y es una buena opcion para si quieres dejar de tomar sodas. Lastima que no tome fotos. Senti que estaba de rumba.