Lugar bien ubicado y muy concurrido sobretodo por turistas ya que se encuentra en casco antiguo, tienen variedad de raspados que puedes elegir al gusto, con distintas combinaciones y sabores, le puedes colocar leche condensada y malteada. Lo malo es que se llena mucho y a veces toca esperar por bastante tiempo hasta que entreguen tu pedido, de resto es buena opción sobretodo para refrescarse en una tarde acalorada. Mi favorito es el de maracuyá.