Tenía mucho tiempo sin visitar Segundo Muelle ya que mi útima visita no había sido placentera y me fui con un mal gusto del lugar. Los estacionamientos son limitados al frente pero tienen detrás unos adicionales, con una puerta directa al restaurante así no hay que dar toda la vuelta. También tienen servicio de valet parking para los que no les molesta dejar los carros con otros conductores. Decidí escuchar las recomendaciones de mis acompañantes y pedimos de entrada los wantones de lomo y tiradito de corvina. El tiradito tenía un sabor cítrico que le daba buen sabor y los wantones estaban bien pero nada especial. Los chips que traen tan pronto te sientas con una salsa picantita estaban ricos y me parece un buen detalle. Como plato fuerte me fui por la corvina al ajo, la cual tenía un aroma a ajo pero no se le sentía mucho, estuvo buena pero no me impresionó. Mis acompañantes quedaron satisfechos con sus platos, uno un risotto de mariscos y la otra una corvina con salsa picante a base de cebollas y especies que a mi gusto estaba demasiado picante (me comentó que estaba más picante que la última vez). De postre compartimos el brownie con helado que estuvo delicioso y buena porción. El lugar es muy bonito, el servicio en esta ocasión no fue muy bueno. Al llegar, éramos 2 mesas solamente en todo el lugar y los meseros nos prestaban atención, cuando se llenó completo el sitio, los meseros nos consideraban invisibles. Los platos fuertes demoraron más de lo normal y cuando se nos acababa el agua, no había nadie a la redonda para pedirle más. Fue una noche agradable, salí satisfecho con la comida pero el servicio pudo haber sido mejor.