Iba con altísimas expectativas, sobre todo por los buenos comentarios que leí aquí en Degusta, pero honestamente no me impresionó al punto de que quiera regresar. La comida está buena, pero no es nada memorable y los tiempos de espera son inaceptables. Pedimos un arroz frito especial, pescado al vapor, calamares salteados, puerco frito, dumplings y pancakes de cebollina. Todo rico, pero para que llegaran los dumplings de entrada esperamos cerca de una hora y el resto de los platillos como entre 20 y 30 minutos más y todo en tiempos dispares. EL restaurante es relativamente nuevo y se nota que está a medio palo, quizás dentro de algunos meses cuando se estabilicen vuelva, pero por ahora qué va, déjame con mi China Town del Dorado, ahí hay comida china de todas las regiones y para todos los gustos, de todos los precios.

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