Es muy difícil clasificar a un lugar como la inmaculada bajo los standards de degusta. Uno es una cafetería con mucha historia y anecdotas personales para todos que la conocen desde que era: refresquería bella vista ubicada por el hospital nacional y segundo que todos la conocen simplemente por un solo postre: El incomparable No me olvides (No hay necesidad de explicar lo que este postre contiene y la calidad de su sabor que es relativo debido a las infinitas combinaciones que se pueden crear con solo helado, biscocho, crema, nueces y toppings). Ir a la inmaculada es como respirar el aire de nuestros padres: años 50-60´s, Pop-art, Grease, chaquetas de cuero, pelos llenos de gel, etc. El menú ofrece una variedad de comidas ligeras: emparedados, hot dogs y hamburguesas todas servidas en pan molde y con un gran toque de mantequilla, y una carta de postres típicos (sundaes, banana splits, helados y el no me olvides). El interior tiene ese aire como mencione anteriormente pero muestra aun asi el legado de la cafetería original con los letreros originales y algunas cosas que le dan un toque de originalidad. El servicio es el punto débil de este lugar pero no es una restricción para volver a ir una y otra vez a esta cafetería/ refresquería que todos queremos.