Un restaurante sencillo con pollo diferente en este caso coreano. El personal es super atento incluso te dan a probar para que sientas el sabor. Pedi una orden de pollo en salsa tradicional del tipo agridulce y semillas de ajonjolí, tiene buen sabor pero nada del otro mundo. El té frío de jengibre estaba refrescante pero le faltaba un poco más de jengibre para darle un sabor más intenso. Definitivamente el menu es un poco limitado pero vale la pena intentarlo.