La burrata con prosciutto excelente. La entraña con romero, termino de la carne 3/4, suave y jugosa. Tortellinis algo salados, a mi gusto, al igual que los vegetales y papas, pero esto no les restaba buem sabor. En síntesis, muy buena comida. El detalle de la atención personalizada por parte del chef, Valerio, da puntos extra a la experiencia, personalmente no creo sea una necesidad, y más si el lugar está lleno; la comida es la estrella y reafirmará la razón por la que visitas el restaurante. En general, la atención de los meseros es buena, y rápida, tiempo de espera es poco entre platos. El ambiente no es malo, pero tampoco es excelente, detalles por terminar. Visualmente, lo rústico se aprecia pero en este caso creo que simplemente le falta "meterle corazón".