A pesar de que era una tarde lluviosa la vista espectacular al pacífico es incomparable.... te hace sentir en un ranchito del interior comiendo mariscos deliciosos. Pedí camarones al ajillo y las porciones fueron muy generosas, casi que no me las termino. Lo disfruté mucho. Noté que tienen duchas por si las personas deciden bañarse en la playa. Buena esa!