Aprovechamos el descuento del mes para ir almorzar en día de semana. Es la segunda vez que voy a este restaurante. Debo admitir que cuando de comida china se trata, para mi nada mejor que la oferta gastronómica chino panameña; y este restaurante sigue otra vertiente latinoamericana. En todo caso, siempre he creído en las segundas oportunidades. La comida estuvo bien, aunque no me mató. Pedimos unas picadas de dim sum, de entrada, y estuvieron bien (sui mai, wantón frito relleno de camarón, dumplings). Compartimos tallarines con langostinos, chop suey con pollo, puerco agridulce y vieiras con jengibre y cebollina. Lo mejorcito fueron las vieiras, estaban chiquititas; pero la salsa era sedosa, con una base de mantequilla, el balance con el jengibre y la cebollina. Al resto le faltaba como sabor, cariño o algo por el estilo. Cómo explicar? No estaba malo, solamente estaba. El servicio bien, tirando a medio bien. El ambiente agradable. Creo que hay potencial, pero todavía no encuentro el plato insignia. La pregunta es seguir o no seguir buscando? Creo que volveremos...