Fui con unos amigos venezolanos que adoran este lugar. Al principio estaba bastante escéptica, pero debo decir que me equivoqué. La comida es deliciosa y bien preparada, con muy buen sabor y frescura. Pedimos unas empanaditas de entrada que estuvieron geniales. De principal yo me comí un sandwiche fulo donde los sabores combinaron perfectamente. El servicio es muy cordial y el ambiente es lindo.