En lo personal, me encanta la sensación que uno percibe el entrar al lugar... efectivamente como que todo el ambiente te traslada a Alemania: la decoración, las cervezas, la madera, el bullicio, el olor... me encanta. En cuanto a la comida, para mi está bien, me gusta mucho y creo que en Panamá es lo más cercano a la gastronomía alemana. Sin embargo, he ido dos veces a comer con mi novia alemana y dice que aún le falta mucho. Lógicamente nunca será igual. Lo único malo es que sí considero que los precios son bastante elevados. El servicio es normal. Nada sobresaliente. Incluso a veces se demoran un poco con los pedidos. Volvería a ir por el ambiente del lugar. Es su mejor cualidad.