Es un restaurante acogedor, un poco oscuro para mí gusto. La comida tiene muy buena presentación, pero pedimos raviolis y lingüinis y ambas pastas las hicieron con poca sal en el agua por lo que repercute en el sabor final del mismo. Estoy acostumbrado en los restaurantes italianos en Panama a que me ofrezcan pan y yo decido si lo quiero, aquí parece que la regla es darlo solo a quien lo pide y te hacen sentir que lo tienes que pagar aparte. Creo que deben mejorar la sasón