Teníamos muchísimo tiempo sin venir y trajimos al perrito. La última vez que fui hace mucho tiempo atras no le había llevado su platito del agua y quedó sin agua toda la cena pero esta vez si. El muchacho apenas nos vio sentados afuera nos ofreció agua para el perrito y unas galletitas para él. Incluso nos preguntó si era la primera vez que íbamos ya que para la próxima podíamos dejar el platito del agua y ellos lo ofrecían. Bravo por tratar a sus perritos comensales de esta manera! Ambos ordenamos pizzas y son deliciosas!! La masa súper ligera y crunchy, no quemada ni mal cocida, está en su punto. El tiramisú muy rico también. La atención fue buena de parte del chico a pesar de que tuvimos que pedir que nos llenaran el agua. El ambiente dentro del restaurante es normal, pero afuera vemos una pasarela de personas entrando y saliendo del gimnasio, no me gustó mucho eso. Por todo lo demás, súper bien! Siempre regreso.