El ambiente bueno te hace sentir como una casa acogedora ,a mencionar que no consta con mucho estacionamiento. Al llegar me percate que solo habia 2 personas atendiendo y una de ella era cajera al mismo tiempo. No pasa nada es un restaurante pequegno. Nos pasan la carta , pasado un tiempo paso el camarero " no es por exigir " pero su vestimenta dejaba mucho que desear (sucio ).y nos ignoro totalmente , regreso la chica inicial y nos toma el pedido , llego la entrada y para entonces ni el servicio de agua , me tuve que levantar y pedirlo. Al fin el plato fuerte ordenamos aji de gallina plato que es de mis favoritos , ( el pollo algo falto de cocción tal vez, salsa buena aunque talvez le hace falta el toque de aji peruano. En resumen no regresaria calidad servicio y precio no esta balanceado.