Sábado apenas comenzando la noche, tenía casi un año sin ir. Volví por oferta simple. Sin problemas para canjear la oferta, el restaurante estaba algo vacío. Probamos de entrada arañitas al ajillo, estaban tan ok que no las ordenaría nuevamente. Acompañamos de inca kola. Quien me acompañó le gustó su plato fuerte que fue el salmón huenca con camarones. Yo en esta ocasión me fui por el arroz chaufa. No me encantó. Estaba bien. Siento que ya no son un restaurante "top" en la ofera gastronómica peruana de la ciudad. Hay mejores. Podría volver.