Fui una de las personas que me puse contento cuando abrió Hacienda Real en Panamá porque he estado muchas veces en Guatemala y allá es unos de mis restaurantes favoritos sobre todo por la preparación de las carnes, cosa que acá en Panamá le falta mucho. Aunque se le ha visto a la administración el esfuerzo de mantener el mismo formato ha sido difícil, aunque se han adaptado al ambiente panameño. La cortesía de la entrada de la sopita caliente y las zanahorias es única y propia de este restaurante, ejemplo que deben tomar otros restaurantes. Los precios son accesibles. Un ambiente muy familiar.