El sitio es muy bonito por fuera pero adentro le hace falta un retoque a la decoración. Al ver la carta con los precios tan altos que tenía, me esperaba una comida espectacular que me dejara sin palabras. De entrada pedimos el pulpo al carbón que estaba bueno, unos calamares que no tenían sabor y unas almejas en salsa verde (la salsa si estaba muy rica). De plato fuerte un pollo a la verónica (salsa de hongos con trozos de tocino) con arroz blanco; me gustó más la salsa que el pollo y el arroz lo encontré sin sabor. Realmente visité el restaurante porque tenía mucho tiempo sin ir pero no creo que regrese, hay muchos restaurantes en Panamá que ofrecen mejor comida a precios más moderados.