Quedamos sorprendidos con el sabor de la mayoría de los platos que degustamos, empezando por una exquisita entrada de Tuna Tataki Spice, ganadora de la ocasión, y terminando con un Pad Thai como principal. Entre los rollos, probamos el Rainbow Roll, cuyo sabor estaba normal. Como sopa, el Tom Kha Kai decepcionó, pues, aunque de buen sabor, era un caldo al que literalmente le contamos 4 pedacitos de pollo, muy lejos de la receta original de este plato thai, que lleva más recado. Las porciones de algunos platillos son demasiado pequeñas, lo cual no va de la mano con los altos precios del lugar. El ambiente es muy agradable, con una decoración que se presta para tener, desde almuerzos familiares, hasta cenas de trabajo.