La atención es muy especial, te sientes como en casa. Es un ambiente muy familiar y acogedor. La comida es deliciosa y cero comercial, se siente la cocina italiana en cada plato. Nos sorprendieron con la recomendación de un postre: "Pastiera Napoletana", que estaba muy rico y muy distinto de lo que hayamos probado antes. La pizza es de masa delgada, con un sabor casero que está muy por encima de las pizzas comerciales de comida rápida. Las almejas al ajillo son de las mejores que hemos probado, servidas en una buena porción para 2 personas. ¡Súper recomendado!