Todos los platos son excelentes y la atención de los mesoneros muy esmerada. El chef Rafael es un señor encantador y te ayuda a seleccionar los platos. Los postre son riquísimos! el Tiramisú y el helado de chocolate blanco son estupendos. Es un restaurant ideal para celebrar ocasiones especiales. Es preferible reservar porque es pequeño y me encanta que sea así porque te dan un trato muy acogedor