Me moría de hambre y tenía ganas de un desayuno gigante. Eso fue exactamente lo que obtuve. La decoración de un diner de los años 50 es cute y ambienta el tipo de comida. Pedí el Big R que viene con huevos al gusto, hash browns, pancakes y bacon. No me lo pude comer todo, pero posiblemente tenga un par de arterias tapadas después de esta comida, pero fue excelente. El café con refill fue perfecto para hacer sobremesa. La verdad, la experiencia me encantó, quiero volver a desayunar aquí, sin duda alguna y volveré otro día a probar el resto del menú cuando ya me haya hecho el bypass múltiple!!!!