Con mucha tristeza tengo que comentar que este restaurante, donde debo almorzar regularmente por su cercanía a mi oficina, cada vez está peor. Pedí una hamburguesa y la carne estaba durísima, como si hubiese sido cocinada días atrás y la recalentaron para mí. Lo peor es que al reclamarles, no hicieron nada para compensarme, ni siquiera cambiarme el plato (se mostraron indiferentes). Sus platos son de tipo “fonda” y el precio es de restaurante de Jet Set. Recomiendo que tomen las medidas para adecuarse, especialmente con la comida en sí y el servicio. Eso sí… el café es fenomenal!!! Aunque la que lo sirve no le gusta que le pregunten mucha cosa ni que le den feedback. Pone estas caras!... Que pena!