Ya había intentado ir anteriormente con mi novio, pero como habían tantas personas esperando para entrar, decidimos volver otro día. Esta vez estaba más tranquilo, quizás por esto el servicio fue bien rápido y nos atendieron muy bien. Pedimos un hot dog y una hamburguesa, ¡las cuales nos costó muchísimo comer! El tamaño del pollo de la hamburguesa era demasiado grande, y al hot dog simplemente se pasaron en cantidad de guacamole. No pudimos comer tan a gusto, y por el sabor, que a nuestro parecer no era nada espectacular, los precios están bastante elevados. El menú se ve bastante atractivo para el desayuno, pero aún así no veo una relación razonable de calidad-precio. Quizás es porque es el primer restaurante en Panamá de este estilo, que en realidad es muy llamativo y con un ambiente super agradable. Sinceramente, solo por el ambiente recomendaría este lugar, pero no creo volver por iniciativa propia.